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Concejales hostigan a periodista de El Colombiano

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Molestos porque la grabadora se quedó encendida en un receso, lo acusaron
de “espía”. Querían borrar la grabación. ¿Olvidaron que son servidores pùblicos?

En la mañana del pasado miércoles 30 de noviembre, el Concejo de Medellín eligió su nueva mesa directiva en medio de un ambiente de tensión entre los aliados del gobierno de Daniel Quintero y sus opositores. El redactor del Área Metro, Miguel Osorio Montoya, llegó al recinto a cubrir la sesión, que comenzó con los ánimos crispados y así mismo terminó.

Previamente se identificó como periodista, mostrando una foto del carné y la cédula, lo que le permitió entrar hasta el sitio donde debatían los concejales y donde habitualmente se ubican los invitados y la prensa.

El periodista encendió su grabadora y la puso sobre una de las mesas del Concejo. La intención era tener un registro de la sesión. Mientras tanto, se hizo unos metros a la izquierda, sobre una escalera, para poder sentarse y comenzar a redactar la información desde el celular y reportar los avances de la noticia para subir a la página web del periódico. La grabadora quedó sobre la mesa mencionada, encendida.

Elección en el Concejo fue a punta de gritos y agarrones

A las 2:00 de la tarde, el presidente del Concejo, Lucas Cañas (Conservador), hizo un receso de siete minutos para que el equipo jurídico de la corporación tomara una decisión sobre la elección que estaba en curso. Los concejales Carlos Mario Romero (Movimiento Independientes), Lina García Gañán (ex Centro Democrático) y Juan Ramón Jiménez (Conservador) se sentaron a discutir cerca de donde estaba la grabadora. Jiménez tomó la grabadora y preguntó de quién era.

El periodista acudió hasta donde estaban los concejales y dijo que era suya, que con ella estaba grabando la sesión. Le pidió a Jiménez que se la diera, pero el concejal se negó a devolverla y se la entregó a Lucas Cañas. Este, a su vez, entregó el aparato a la Policía y dijo que quedaba “decomisada”.

Cuando el periodista dijo que era de EL COLOMBIANO, Jiménez respondió que eso era “peor” y lo acusó de espionaje. Entretanto, Carlos Romero dijo que la grabadora había sido puesta en el momento en que estaban reunidos, una acusación falsa, pues la grabadora estaba ahí desde el inicio de la sesión, cuya grabación quedó registrada por más de una hora.

Borrar el archivo

Una vez terminó la sesión, el periodista pidió a Cañas que le devolviera la grabadora. Cañas contestó que la tenía la Policía y que con ellos sería el trámite. Cuando iba a salir del recinto, la concejala Lina García le pidió el nombre y apellido al redactor. “Lo que está haciendo es ilegal”, le dijo amenazándolo con una demanda.

Los tres concejales en mención —García, Jiménez y Romero— se reunieron después de la sesión. Romero acusó al periodista de “espía”, de estar caminando “sigiloso”, de grabar subrepticiamente y de esconderse “debajo de la gorra”. El periodista, en efecto, usa gorra como parte de su indumentaria habitual, pero en las cámaras de seguridad se podrá apreciar que se la quitó durante la sesión, como lo exige el reglamento.

Los tres concejales, en gavilla, exigieron que se borrara la grabación. Entonces, sin devolver la grabadora, llamaron a los técnicos del Concejo para que eliminaran el archivo. García, incluso, dijo que se borraran todos los archivos, sin importar que reposaba allí un material periodístico de varios cubrimientos ajenos al que pretendían censurar. Cuando ya la grabadora había sido conectada al computador, apareció el concejal Daniel Duque a quien alertaron de la situación. Duque les dijo que la sesión era pública y, por tanto, se podía grabar, que no había nada de ilegal en ello y los increpó: “¿qué están escondiendo?”.

Duque les advirtió que si borraban el archivo, el asunto sería demandado, pues representaba una censura a la prensa. Romero contestó que no tenía miedo. Con la advertencia, los técnicos se negaron a borrar el archivo. Acompañado por la Policía, el periodista fue llevado a la oficina de Lucas Cañas, quien acababa de entregar la presidencia.

Cañas, que estaba reunido con García tomándose un trago, dijo que no iba a escuchar el audio, pero sugirió que el periodista sí lo hiciera junto al personal técnico y, de haber algo “privado”, se borrara el archivo. Ahí volvió a aparecer Romero, que después del enfrentamiento con Duque y, al parecer al darse cuenta del abuso de poder en el que se estaba incurriendo, se disculpó con el periodista y dijo que “la tensión estaba muy alta”.

Finalmente, como ningún técnico ni la Policía se atrevió a borrar el archivo por miedo a una denuncia penal, la grabadora le fue devuelta al periodista.

Nota de la Dirección

EL COLOMBIANO rechaza las acusaciones lanzadas contra su periodista y la retención arbitraria de su equipo de trabajo, con el que estaba cumpliendo su labor de manera profesional. Los concejales son servidores públicos que deben siempre hablar de puertas abiertas y con transparencia para los ciudadanos. Intentar coartar el ejercicio de informar revela un talante que riñe con las funciones que los ciudadanos a bien tuvieron al otorgarles por este periodo su voto.

Fuente: https://www.elcolombiano.com/antioquia/concejales-de-medellin-censuraron-a-periodista-de-el-colombiano-PN19506933